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CHINA Y AMÉRICA LATINA

CHINA Y AMÉRICA LATINA

China e Iberoamérica no compiten directamente en la búsqueda de fuentes de inversión extranjera. China se beneficia de inversiones principalmente asiáticas; América Latina recibe mayoritariamente capital europeo y estadounidense.

Existe cierta fricción de intereses comerciales a causa del ingreso masivo de manufacturas chinas de bajo coste en los mercados interiores de Latinoamérica. Los productos manufacturados del país asiático compiten con ventaja con la producción local. Esto se debe a los bajos salarios y largas jornadas imperantes en China, a los créditos estatales para los empresarios chinos, a las barreras impuestas a sus competidores, a la capacidad de copia con que se benefician sus empresas y a la buena aceptación en el mercado internacional de sus productos.

Las relaciones comerciales entre China y América Latina son asimétricas, en beneficio del gigante asiático. Esto se debe, aparte de a las susodichas razones de competividad, a un mayor pragmatismo por parte de China, que sopesa mejor sus movimientos comerciales.

Cabe reseñar que España tiene una gran potencial como mediador entre China e Iberoamérica. Consiguientemente, España debería reforzar su presencia en sus antiguas colonias para que las empresas asiáticas tengan el incentivo de ganar cuota de mercado en esas economías emergentes a través de España.