La próxima Cumbre de la Tierra Río+20 (llamada oficialmente Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable) se celebrará del 20 al 22 de junio de 2012 en Río de Janeiro, Brasil.
Esta cumbre es un nuevo intento de Naciones Unidas en el comienzo de milenio para avanzar sobre el compromiso de los estados y la Comunidad Mundial sobre los grandes cambios de este siglo XXI.
Tendrá lugar veinte años después de la primera cumbre histórica de Río de Janeiro en 1992 y diez años después de la de Johannesburgo de 2002.
El llamado de las Naciones Unidas es ambicioso. Invita a los estados, la sociedad civil y los ciudadanos a “sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad”. Incluye tres temas en el orden del día:
1. El fortalecimiento de los compromisos políticos en favor del desarrollo sustentable.
2. El balance de los avances y las dificultades vinculados a su implementación.
3. Las respuestas a los nuevos desafíos emergentes de la sociedad.
Dos cuestiones, íntimamente ligadas, constituyen el eje central de la cumbre:
A. Una economía ecológica con vistas a la sustentabilidad y la erradicación de la pobreza.
B. La creación de un marco institucional para el desarrollo sustentable.
Río+20 constituye una nueva etapa en el itinerario de una comunidad mundial emergente. En Enero de 2012, las Naciones Unidas, elaboró el “borrador cero”, tomando como base las propuestas mandadas por los gobiernos en otoño, y que sirve de punto de partida para seguir las negociaciones con vistas a una Declaración final en la Conferencia de Rio+20. Este borrador se basa en tres ejes fundamentales:
1. Transformar el compromiso político: transformarlo mediante una reflexión crítica sobre el modelo de “desarrollo sostenible” adoptado en Rio en 1992.
2. Transformar los modos de producción y consumo: Los actuales que están vinculados con el crecimiento de las desigualdades, con el consumo creciente de energía fósil y de recursos naturales poco o no renovables, y también con la degradación de los ecosistemas. Pensar de manera diferente los modos de producción y consumo es la alternativa que propone la FPH en lugar del concepto limitado e insuficiente de “economía verde” que maneja la ONU en este borrador cero.
3. Transformar el sistema de gobernanza: el sistema actual, basado en los principios de separación de las competencias y de división sectorial, es también inadecuado para zanjar los problemas sistémicos evidenciados por las crisis actuales que son a la vez sociales, sanitarias y medioambientales. Por eso la coproducción del bien público supone, entre otros, la definición de principios rectores precisos, adaptados a cada país, de cooperación entre los diferentes niveles de gobernanza.
Para esta cumbre, Paraguay propone el concepto innovador de Desarrollo Verde, que es un concepto más integral que el de Economía Verde. El Desarrollo Verde, articula aspectos económicos (economía verde), aspectos sociales, y aspectos ecológicos y territoriales en una perfecta sinergia y respeto entre las interacciones.
En el desarrollo verde, la participación social es esencial; los trabajadores, mujeres, campesinos, pueblos indígenas, jóvenes, científicos y todos los sectores de la sociedad contribuyen a una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir respetando la naturaleza de la que somos parte y que es vital para nuestra existencia. El Desarrollo Verde es armónico con los principios fundamentales del Desarrollo Sustentable.
La economía verde se basa en el desacoplamiento del desarrollo y las presiones ambientales y refuerza la gestión sostenible de los servicios ecosistémicos y fomenta la revalorización del capital natural, al tiempo que plantea una contabilidad de los servicios de los ecosistemas y la asignación de precios correctos mediante la aplicación de instrumentos económicos, fiscales y mecanismos de mercado que complementen y refuercen los sistemas de regulación normativa.

